Si me vendes, me voy

Una de las pegas que me suelen poner los asistentes a mis cursos cuando hablo de blogs es que piensan que no se les van a ocurrir temas sobre los que escribir. La verdad es que si no tienes algo que decir sobre un asunto, es dificil que puedas conseguir que te recuerden. Pero, además, creo que no es complicado encontrar ideas para desarrollar y exponer.

La pasada semana escribí un post en el que, además de hablar de la confianza y la credibilidad, hacía un par de recomendaciones, una sobre la conferencia de Tim Clark y otra sobre el proyecto de mis amigos de Soy mi marca. La última dió lugar a varios comentarios que me han hecho reflexionar y este es el segundo post que sale de aquello. Así que no te preocupes si crees que no vas a tener nada que decir en un blog. Las ideas fluyen, son abundantes, sólo hay que abrir bien los ojos y fijarse un poco en lo que ocurre alrededor.

Uno de los temas que se planteaban en aquel debate de comentarios es lo correcto o no de la utilización de un sitio como un blog o una red social como medio para vender o hacer publicidad de productos o servicios. Algunos amigos como Fernando y Rubén apreciaban que yo no hiciese un uso demasiado comercial de La Red frente a lo que ellos consideraban como herramienta «únicamente para llevar tráfico a sus webs y promocionar sus servicios» por parte de otras personas.

Reconozco que, aunque agradecí los comentarios, me quedé un poco pensativo y con cara de tonto (más de la habitual). Lo que me estaban diciendo, y creo que es una opinión generalizada en dospuntocerolandia, es que más vale que no vendas o que, al menos no se te note demasiado. Y parece que eso de no vender lo estoy haciendo bien ;-D.

La verdad es que siempre he sido muy mal vendedor. Es uno de mis puntos débiles en mi estrategia de Branding Personal. Siempre me ha dado mucho pudor llamar puertas para ofrecer mis servicios y, por eso, hago todo lo posible para que me compren. En La Red casi nunca hablo de mis proyectos y, cuando promociono algún curso, suele ser abierto y gratuito o es algo que hago con otras personas y tengo el deber moral de publicitarlo. Pero la pregunta es, ¿Tiene eso mucho sentido?

Estos días estamos viendo como la salida a bolsa de Facebook está siendo un poco decepcionante. Yo no entiendo de ese tipo de inversiones y no sé si eso cambiará, pero parece que una de las claves es la falta de un modelo de generación de ingresos sostenible. Una cosa es tener muchas visitas, amigos o fans y otra muy distinta, ganar dinero con ello.

Puede parecer que los profesionales que nos levantamos a las seis de la mañana a escribir un post (si, ya sé que se pueden programar) lo hacemos por amor al arte y, en parte, es cierto pero también hay una motivación económica o empresarial. Uno no dedica tiempo, esfuerzo y trabajo durante años para que le den unas palmaditas en la espalda (aunque no está nada mal).


Está muy bien que alguien que asista a alguna de tus charlas o vea algo de lo que haces, te escriba para pedirte un consejo desinteresado. Pero a veces se olvida que tras un blog o un sitio profesional en La Red, hay un proyecto que debe generar ingresos. Quizás alguien piense que el dinero viene de la publicidad en el sitio web, pero si piensas así, más vale que te lo hagas mirar.

Para un profesional independiente, para un «freelance» o para un autónomo que tenga un blog como es mi caso, todo esto tiene, entre otras funciones, la de conseguir que alguien primero te encuentre, luego se interese y por último, adquiera tus servicios.

Una vez, un periodista le comentó a la Madre Teresa de Calcuta algo relacionado con sus proyectos y la financiación. Ella le dijo que para hacer cosas buenas hace falta mucho dinero. Aquí parece que se olvida que por muy generoso, desinteresado y útil que encuentres lo que muchos ofrecemos (compartir se llama ahora), todo esto tiene un objetivo y si este no se alcanza, el tinglado se cae por su propio peso.

Creo que la obligación de quienes tratamos de aportar cosas interesantes es conseguir que estas sean valiosas y cada día mejoren. Pero como cualquier otro medio de comunicación gratuito que entretiene, informa o enseña algo, hay que ser comprensivo con las «interrupciones» publicitarias.

Ahora hay mucha gente en dospuntocerolandia que dice que comparte cuando, en realidad, unicamente se dedica a reenviar, retuitear o «megustar» los contenidos que otros han creado. Me da la sensación que cada día hay menos gente que aporte contenidos propios y cada día seremos menos si no encontramos un modo sostenible de generación de ingresos. O simplemente quedará el mundo online como escaparate comercial en lugar de foro de debate o exposición de ideas y opiniones.

Dicen algunos carteles que si te ven, estás vendido. Yo creo más bien que si no vendes, estás vendido.

NOTA: Por cierto, quedan pocos días para que empiece el Curso de Identidad Digital para Profesionales en Kschool. Aún estás a tiempo.





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