No quiero ayudarte

No sé si es muy habitual celebrarlo pero, para mí, es algo importante. Hay quienes celebran que han vuelto a nacer después de un accidente. Otros celebramos el día que volvimos a nacer profesionalmente.

Hace diez años que me despidieron de mi último empleo, lo que, para un profesional, es el equivalente a un infarto o a tres vueltas de campana con el coche. Son puntos de inflexión en los que te replanteas las cosas. Cada día doy gracias por aquel momento. Entonces decidí que tras quince años trabajando para multinacionales, no volvería a ser un «nominado» o como dice Yoriento, un «cuentajenado» salvo que se torciesen mucho las cosas.

Pero decidí una cosa más. Mi propósito a partir de aquel momento sería ayudar a otros profesionales a ser más independientes (aunque trabajen para otros). Supongo que todo lo que hacemos está muy relacionado con nuestras ideas y creencias. Y yo siempre he querido hacer las cosas que he me han apetecido y detesto que me den órdenes. Pero eso es algo que va con el carácter de cada cual.

Quizás por eso surgió un concepto como el de la Marca Personal que se basa en la libertad individual, en la capacidad de dejar una huella única y singular y en disponer de los recursos necesarios para no tener que actuar en contra de nuestros valores y convicciones. Ese es el auténtico trasfondo del Branding Personal. Luego se ha ido prostituyendo y simplificando, pero de vez en cuando me gusta recordar de donde viene todo esto.

Pero la vida sigue su curso y es absurdo y patético vivir del pasado. Al desarrollar modelos de Branding Personal he descubierto muchas cosas, he estructurado mi manera de pensar y poco a poco han ido surgiendo nuevas ideas. No es que el Branding Personal no sirva, todo lo contrario, cada día es más necesario y hay algunos excelentes profesionales que han entendido realmente de qué va esto.

Sin embargo, el Branding es sólo una parte de algo más grande. Si mi intención es que los profesionales pensemos y actuemos como empresas, el clásico YO S.A., centrarse sólo en generar un impacto positivo y memorable es como si una empresa sólo se preocupase del Marketing, las Finanzas o las Relaciones Públicas.

Por eso, desde hace algún tiempo estoy hablando de Estrategia Personal o de Proyecto Personal. Durante bastantes meses he estado trabajando en una guía, un protocolo, un método que nos permita gestionar nuestra profesión de forma independiente. Ojo, no me refiero a una serie de recetas o lista de tareas que se puedan aplicar a todo el mundo sino a un sistema como el de la Gestión de Proyectos que te permiten gestionar recursos y alcanzar objetivos pero dándote una enorme libertad.

Y eso me lleva de nuevo al principio y a mi propósito o si quieres, mi misión personal, me refiero a la creación de herramientas, métodos y sistemas que consigan que los profesionales seamos autónomos, independientes, más responsables y por lo tanto, más libres. En ese sentido podría decirse que soy partidario de la autoayuda, de que dependas de tí mismo. El problema es que la mayoría de la literatura de «autoayuda» parece que vende lo contrario, te dicen lo que debes hacer (¿Te has fijado que casi siempre hablan con imperativos?).


Eso implica que mi intención es que cada profesional pueda decidir por sí mismo, que no tenga que llevar un coach, un asesor o un consultor en la chepa constantemente. Mi trabajo consiste en proporcionarte los medios para que no me necesites ni a mi ni a nadie cuando tengas que tomar una decisión profesional.

No quiero darte un pez, ni siquiera quiero darte una caña porque eso significa que, además de tener que darme las gracias, vas a tener que comer pescado aunque prefieras una ensalada o un filete. Lo que pretendo es que aprendas a buscarte la vida.

La mayoría de la formación se centra en darte instrumentos que quizás no necesitas y que por sí solos no sirven para mucho. Lo que yo quiero es que seas tu quien decida lo que necesita y sepa como conseguirlo.

El otro día decía que la mayoría de los profesionales tiene dos problemas. El primero es que no saben lo QUE quieren. El segundo es que no saben COMO conseguirlo. ¿Te imaginas que una empresa no tenga claras esas dos cosas? Entonces, ¿Por qué un profesional YO S.A. no hace lo mismo?

Si no sabes lo que quieres, no pasa nada, siempre vendrá alguien que te lo diga…y te haga perder grados de libertad. Y a partir de ahí, ya estás perdido. Cuando mucha gente recurre a mi o alguno de mis amigos coach, parece que está esperando que sean otros los que les digan lo que deben hacer. Pero debes ser tu quien decida lo que quieres y tener un método para conseguirlo.

Creo que la misión de un coach, un mentor, un asesor o un «sherpa» es instalarte una «Aplicación mental», una especie de GPS profesional, pero el viaje debes hacerlo tu sólo. No quiero ayudarte o mejor dicho, no quiero hacer por tí lo que es responsabilidad tuya, porque ya tienes todo lo que necesitas, sólo tienes que poner las piezas en su sitio. Yo sólo te voy a ayudar a diseñar tu proyecto, pero la ejecución es tuya.

Quizás es casualidad o quizás no, pero es curioso que sea exactamente diez años después de mi Declaración de Independencia cuando tengo las sensación de que se han juntado todas las piezas en un método concreto, reproducible y que puede seguir creciendo.

Termino con un vídeo que he puesto en alguna ocasión pero que viene a cuento.





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