Ricardo Ortega

Cuando se habla de Marca Personal, existe una tendencia por parte de quienes no conocen bien el concepto a utilizar ejemplos de gente famosa. Cantantes, Futbolistas, Líderes mundiales, Empresarios anglosajones,… Sin embargo, yo siempre he huido de esos casos por dos razones.

La primera es que creo que el Branding Personal es algo que podemos utilizar todos y no sólo una élite. La segunda es que la Marca Personal se basa en la autenticidad y desgraciadamente lo que vemos de esa gente suele ser una representación artificial creada por equipos de comunicación y asesores de imagen. No es Marca Personal, es marca de personaje.

Por eso creo que, para entender la huella que ha dejado alguien, es mejor leer sus biografías o autobiografías o hablar con quienes les han conocido.

Hace poco me encontré con una buena amiga, Nisa, a la que hacía muchos, demasiados años que no veía. Teníamos muchas cosas que contarnos para ponernos al día. Entre todas ellas, Nisa me habló de cómo fue asesinado su hermano Ricardo Ortega en Haití hace justo diez años mientras hacía lo que más le gustaba. El autor del disparo nunca se ha identificado oficialmente pero ese no es el motivo de este post.

Lo que me «marcó» es lo que supe de él y de su pasión por lo que hacía. Hay muy pocas ocasiones en las que tienes la oportunidad de acercarte un poco a alguien que representa lo que es dejar una Marca Personal memorable. Sólo cuando te encuentras con gente que ha dejado huella o a quienes le han conocido de cerca, es posible hacerse una idea de lo que realmente fueron.

Podrías pensar que lo que diga alguien tan cercano de una persona estará sesgado o será poco objetivo. Sin embargo, estos días, al cumplirse los diez años de su asesinato he podido leer y ver las opiniones de sus colegas más próximos. Y todos y cada uno de ellos repiten una y otra vez lo que Ricardo Ortega transmitía. Coherencia, humanidad, sacrificio, inteligencia, independencia, libertad, valentía, inconformismo, honestidad y sobre todo pasión, mucha pasión por lo que hacía.

En un post como este es imposible transmitir lo que sientes cuando, por fin, te encuentras de cerca con alguien que realmente ha dejado huella. Pero se me ocurren algunas ideas.

Pasión

Cuando escucho a su hermana hablar de él o leo lo que dicen algunos compañeros suyos creo que lo que mejor le caracteriza es la intensidad con que hacía lo que le gustaba. En un momento en el que el término pasión se ha devaluado como otros tantos y cualquiera dice que es apasionado de algo, habría que fijarse en lo que Ricardo hizo para entender, al menos un poco, lo que eso significa. Su amor por lo que hacía le costó la vida. ¿Cuantos nos rendimos por algo infinitamente menos importante?

Independencia

Si hay algo que me ha quedado claro es que Ricardo hacía lo que había que hacer costase lo que costase. Estuvo dispuesto a financiarse su trabajo para poder seguir diciendo la verdad. Vivimos tiempos en los que nos autocensuramos para no perder un puñado de «followers» así que ni te cuento lo que podemos dejar de hacer si hay en juego algo más importante. Pero el ejemplo de Ricardo Ortega nos dice que esta vida es demasiado corta para hacer lo que otros te digan. Pero la libertad no es gratis («Freedom is not free») y por eso muchos de quienes han dejado huella han pagado muy caro la defensa de su independencia.

Emprendedor

Hoy se aplica el término emprendedor a cualquiera que ponga en marcha una página web o una aplicación para el móvil. Pero si quieres entender lo que realmente significa jugártelo todo, y cuando digo todo es todo, por aquello en lo que crees debes fijarte en personas como Ricardo. Hoy parece que no puedes empezar a hacer nada si no tienes asegurada la inversión o te montas un tinglado de «Crowdfunding». Sin embargo, Ricardo no tenía complejo en utilizar sus propios recursos económicos, medios, contactos, trabajo, sacrificio para sacar adelante su trabajo y hacer lo que él creía que debía hacer. Así que antes de utilizar el término emprendedor a la ligera, piensa en lo que realmente implica ponerlo todo para sacar adelante un proyecto.

Inteligencia

Cada día me encuentro con gente que cree que su vida es lo que pone en su tarjeta de visita, del INEM o en un diploma y son incapaces de verse de otra manera. Sin embargo, Ricardo antes de dedicarse a contar las cosas más terribles que ocurren en el mundo estudió ingeniería y física y trabajó en Moscú como físico nuclear. Pero definirlo como periodista, ingeniero o físico es una forma muy pobre de etiquetarlo. Aunque quienes dejan una huella profunda suelen asociarse a algo concreto normalmente suelen ser curiosos e interesados en todo lo que conocen. ¿Cuantos seríamos capaces de hacer bien cosas tan distintas y tan difíciles y atrevernos a dejarlo todo por hacer lo que creemos que hay que hacer?


Podría decir muchas más cosas que pienso y, sobre todo, que siento sobre lo que me transmite el ejemplo de Ricardo Ortega pero si quieres saber algo más de lo que representa según sus compañeros, aquí tienes algunos ejemplos que han aparecido estos días.

Ricardo Ortega, diez años después

Ricardo Ortega, un periodista excepcional

Ricardo Ortega (ojalá no tuviera que escribir este Post)

Ricardo Ortega (ojalá no tuviera que escribir este Post) II Parte

El callejón donde murió Ricardo Ortega

Creo que este es un ejemplo paradigmático de que una Marca Personal no es ser popular o tener miles de «followers» sino dejar una huella positiva, profunda, definida y memorable en la mente de aquellos que le conocieron. Por eso hay tan pocas, poquísimas.

No tuve la suerte de conocerle aunque me habría encantado permanecer en silencio (raro en mi) y escuchar sus historias. Hace poco le preguntaba a su hermana si no era muy doloroso hablar de su hermano y me dio una lección de lo que implica dejar huella:

No hay que apenarse de hablar de alguien que ya no está porque recordarlo es la mejor forma de mantenerle vivo.


Compartir esta publicacion