Cómo destrozar una Marca Personal

MarcaTermino esta miniserie de artículos sobre algunas ideas básicas sobre Branding Personal hablando de algunos de los errores habituales al descubrir, desarrollar y comunicar tu Marca Personal.

Algunos errores como la falta de objetivos o la mentira pueden ser letales. Otros como la falta de motivación o la comunicación pobre pueden debilitarla, pero debes estar vigilante.

Carencia de propósito

Si no sabes cómo quieres que te recuerden, es difícil que te tengan en cuenta. Esto que parece obvio suele olvidarse con frecuencia. Es imposible diseñar una estrategia de Branding Personal o de cualquier otro tipo sin un objetivo. Existe una gran tentación, incluso obsesión por conseguir visibilidad, especialmente en dospuntocerolandia sin haber hecho los deberes previos.

Las personas que dejan huella suelen tener claro lo que pretenden desde mucho tiempo antes. Quienes más se quejan porque han llegado a una situación que no desean suelen ser quienes jamás han establecido un propósito, una visión o una misión personal.

Por lo tanto, si no quieres que tu Marca Personal carezca de fuerza o nunca llegue a despegar, más vale que pongas un gran punto rojo que marque el destino en el mapa de tu proyecto personal o profesional.

Identidad poco definida

¿Quién eres? Esa es una pregunta que debes responderte antes de tratar de salir al «exterior». La Marca Personal es, ante todo, personal. Eso significa que para poder diferenciarte, tener un estilo propio o establecer sintonía con aquellos con los que compartes valores y que piensan como tu, debes realizar una auditoría profunda de lo que te hace ser quién eres.

No puedes esperar que nadie crea en ti si tu mismo no sabes quién eres. Cualquier empresa de éxito tiene una personalidad propia y reconocible. Pues bien, tu, como persona que pretende dejar una Marca Personal profunda debes conseguir lo mismo.

Cuando sabes quién eres, te puedes mostrar sin máscaras y conseguir que te tengan en cuenta aquellos a los que atraes y mantener alejados a quienes no se identifican contigo. Pero si no eres capaz de transmitirlo acabarás generando confusión en unos y en otros y perdiendo oportunidades.

Creencias paralizantes

Hay mucha gente que tiene claro lo que quiere, lo que le define y lo que puede ofrecer, pero es incapaz de ponerse en marcha.

Miedo a hablar en público, vergüenza a hablar delante de una cámara, timidez a la hora de participar en una conversación en un evento de networking o la creencia de que es inútil establecer objetivos porque nunca se conseguirán. Estos son sólo algunos ejemplos de las infinitas excusas o creencias paralizantes que pueden impedirte posicionarte como alguien a quién hay que tener en cuenta.

Pereza, perfeccionismo, complejo de inferioridad (o de superioridad), experiencias negativas del pasado, falsas ideas inculcadas desde pequeño,… La mayor amenaza para tu estrategia no es exterior sino que, como en Alien, quizás el monstruo está dentro de ti.

Propuesta irrelevante

Hay quien dice que no sabe “venderse”. En realidad eso es bueno porque se trata de vender lo que haces, nunca debes “venderte” tu. El problema de quienes dicen eso quizás no está en la forma en que venden lo que hacen sino en que no tienen nada que vender o lo que ofrecen es irrelevante o ha quedado obsoleto.

Detrás de una gran marca debe haber un buen producto. Detrás de una gran Marca Personal debe haber una propuesta de valor relevante. Una parte importante de tu estrategia de posicionamiento debe basarse en crear una “propuesta que no puedas rechazar”.

Si lo que haces no satisface una necesidad clara y además lo hace de un modo que destaque y se perciba como superior a otras serás percibido como sustituible o barato. Por lo tanto, debes analizar honestamente si lo que haces merece la pena y si no es así, ponerte manos a la obra para que lo sea.

Poca diferenciación

Tienes un título universitario, un MBA y varios años de experiencia. Además eres una bellísima persona y un amigo de tus amigos. Eso es estupendo. Pero es sólo el principio. Todo eso es condición necesaria pero no suficiente para dejar huella y para que te consideren alguien a tener en cuenta y finalmente elegible.

Debes encontrar el modo de sobresalir. Pero eso no significa que hagas extravagancias o cosas raras (salvo que te dediques al mundo del espectáculo). Si quieres diferenciarte debes hacer las cosas mejor que los demás y conseguir que se perciba así. Para que te perciban como alguien “diferente” debes hacer las cosas de tal modo que se note que estás por encima del resto. Y eso se consigue mejorando cada día.

Puede ocurrir incluso que formes parte del 10% de la élite de los profesionales de tu sector pero que este esté muy saturado. En ese caso debes diferenciarte ofreciendo algo más específico, debes especializarte para posicionarte como el mejor de una categoría mejor o algo mejor, de tu propia categoría.


Falta de autenticidad

El valor de una marca reside en el nivel de confianza que alcanza en su mercado o ante su audiencia. Eso se consigue después de mucho tiempo haciendo las cosas bien y demostrando que merece la pena apostar por ella.

Para la Marca Personal, esa confianza está asociada al valor de las de quien la sostiene. Puede sonar muy antiguo, pero conviene recordar aquello de que un hombre (o mujer) vale tanto como su palabra. A un profesional o a una empresa se le pueden admitir errores o fallos pero nunca, nunca, se le perdona la mentira. Cuando una persona es infiel a su pareja o miente en algo aunque sea leve habrá destrozado su posicionamiento o lo habrá debilitado de tal modo que le costará mucho tiempo y esfuerzo recuperar la credibilidad perdida (si la llega a recuperar algún día).

Quienes dicen que el Branding Personal es una forma de engañar o manipular con mentiras deberían tener muy en cuenta que sin autenticidad y honestidad no hay Marca Personal posible.

Incoherencia e inconsistencia

Salvo que vayas a ver una película de terror o tengas la intención de pasar el día en un parque de atracciones, a las personas no nos gustan las sorpresas. Si vas a McDonalds quieres que el Big Mac te sepa siempre igual. Si te compras tu tercer o cuarto cacharro de Apple quieres que cumpla tan bien como los anteriores.  Eso es consistencia. Lo contrario debilita la credibilidad de la marca.

Si te creas una reputación de profesional o persona inconstante, impredecible o voluble, tu Marca Personal será muy débil. A la mayoría no nos gustan las sorpresas. Cuando pregunto a mis alumnos si prefieren un jefe con carácter cambiante o a uno serio, duro e incluso antipático pero constante, la mayoría prefiere al segundo porque sabe a qué debe atenerse.

La coherencia es el resultado de ideas claras, principios sólidos y objetivos definidos. Cuanto tienes todo eso es fácil mantener el rumbo y generar confianza.

Falta de «química»

Seguro que has pasado por alguna situación en la que has tenido que elegir entre varias opciones similares. ¿Qué te hizo decidirte por una u otra? Seguramente escogiste aquella con la que te sentiste más a gusto. También puede suceder lo contrario. Quizás sabes que hay una opción superior al resto pero que no encaja con tus valores o no termina de “caerte bien”. Ese aspecto emocional de la Marca Personal puede ser decisivo a la hora de ser tenido en cuenta o ser directamente descartado.

Hay que admitir que hay gente “maja” y gente insoportable. Podemos hablar de carisma, de “química” o de capacidad de seducción o como más te guste pero si no eres capaz de encajar con tu audiencia, puedes quedar descartado aunque cumplas todos los requisitos de una Marca Personal potente.

Hay personas que saben tocar muy bien esas fibras emocionales. Quizás no son los mejores en lo suyo, quizás no son muy conocidos o quizás son menos fiables que otros, pero tienen “algo” que los hace ser elegidos. Si eres de los que quedan fuera, empieza a revisar tu capacidad para encontrar factores en común con tu audiencia, los valores que transmites o tu lenguaje verbal y no verbal. De lo contrario puedes quedar fuera de juego.

Aislamiento

Puede que sepas hacia donde te diriges, que tengas claro quién eres y hayas superado todas tus barreras mentales. Además tienes algo muy valioso que ofrecer y que te distingue del resto. Si eso fuera poco, llevas demostrando que eres capaz de hacer bien las cosas una y otra vez sin desviarte y encima eres un encanto de persona. Y a pesar de todo eso, no consigues que nadie te tenga en cuenta.

Quizás es que todo eso te lo guardas para ti y para una docena de personas que te conocen. Estás metido en una cueva. Eres como una joya guardada en la caja de seguridad de un banco suizo.

Pues bien, si no muestras tu valor es como si no existieses. Debes salir y mostrar lo que puedes hacer para que otros se beneficien de tus habilidades y tu talento.

Quizás te dijeron que está mal que hables bien de ti pero es que no se trata de ti si no te tu trabajo. No tienes que presumir sino que debes demostrar. No tienes que pedir que te escuchen, tienes que “regalar” una muestra de lo que te hace valioso para que tu audiencia lo pruebe y decida. Pero eso sólo ocurrirá si saltas al escenario y actúas.

Canales inadecuados

No te vuelvas loco de repente. Una cosa es salir y contar lo que haces a lo loco y otra muy distinta elegir los canales idóneos. Puede que tu estrategia de Marca Personal sea ineficaz o algo peor, contraproducente si no sigues las vías de comunicación adecuadas.

Si eres un asesor financiero de grandes fortunas no tiene mucho sentido que utilices una red social para adolescentes. Si eres un fontanero no parece muy lógico que bases tu comunicación tratando de aparecer en revistas de autoayuda (salvo que la autoayuda sea para arreglar un grifo que gotea).

Dentro de la empresa hay profesionales que cometen muchos errores eligiendo las vías para posicionarse (yo era uno de ellos cuando trabajaba por cuenta ajena). Por ejemplo, si lo que quieres es que reconozcan el mérito de la puesta en marcha de aquel proyecto en Argentina, no tiene sentido que utilices la charla informal de la máquina de café. En lugar de eso deberías encontrar el modo de hacer una presentación breve para que, quienes toman las decisiones, conozcan las claves de tu participación y de la de tu equipo.





Compartir esta publicacion