¿El hábito hace a la Marca Personal?

MarketingCada vez que hablo de la importancia de generar contenidos para posicionarte como un profesional de referencia en lo tuyo suelo encontrarme con las dos excusas siguientes.

La primera es que «no tengo nada que contar», «no sé que decir» o «lo que yo pueda aportar seguro que lo han explicado otros antes y mucho mejor que yo».

La segunda excusa es que quienes están trabajando por cuenta ajena tienen «prohibido» tener un blog o hablar de su profesión ante una audiencia en canales «offline» y «online».

La respuesta a la primera excusa es evidente. Todos tenemos algo que decir porque todos sabemos algo que muchos otros desconocen, porque sabemos explicarlo de una forma distinta o porque tenemos una opinión propia sobre cualquier asunto, especialmente en el ámbito profesional. Pero aceptar que alguien no tiene nada que aportar es como autodescalificarse profesionalmente. Si alguien acepta que no tiene nada valioso que ofrecer ¿Por qué razón espera que le contraten?

La respuesta a la segunda excusa depende de la empresa en la que preste sus servicios. Si realmente es así y le prohíben tener una visibilidad fuera de su cubículo, más vale que empiece a buscar alguna salida. Pero si lo que le plantea la empresa es que evite (lógicamente) tocar asuntos confidenciales o relacionados con personas o clientes vinculados a la organización, aún le queda mucho campo para hablar de su profesión. Podría hablar de lo que están haciendo en otros países, de experiencias propias no relacionadas con la empresa o simplemente hablar de otro asunto profesional que le atraiga.

Siempre digo que el problema de empezar a escribir un blog no es que te falten temas sino todo lo contrario, que se te acumulan los asuntos sobre los que hablar. Te pondré un ejemplo que me sucedió la pasada semana en Cadiz.

En mis charlas suelo fomentar el debate y la conversación cercana. Así que uno de los asistentes me hizo un comentario interesante y que no me habían hecho nunca. Me dijo que le parecía curioso que con un discurso tan rompedor, mi aspecto fuese tan tradicional. Debo explicar que aquella tarde me puse traje y corbata y eso es algo que cada día hago con menos frecuencia porque suelo vestir mucho más «casual». Eso me generó las siguientes reflexiones.


Mi objetivo es conseguir que el aspecto sea (casi) irrelevante

Quizás sea porque nunca he sido precisamente un ejemplo de elegancia ni he tenido ninguna posibilidad de convertirme en modelo he tratado de conseguir que se nos valore por lo que somos y hacemos en lugar de por lo que parecemos. Mi visión de la Marca Personal va de eso.

Estoy cansado de que se dedique tanto tiempo a la forma de vestir para ir a una entrevista de trabajo o en los debates políticos en lugar de enseñar como comunicar lo bueno que eres en lo tuyo. Así que siempre que puedo predico con el ejemplo y trato de generar un impacto por lo que digo, no por lo que llevo puesto.

Con mi amiga María Sánchez mantengo interminables debates sobre la importancia de la imagen o de la no imagen pero creo que lo fundamental es que el aspecto no se convierta en una distracción de lo fundamental.

El aspecto siempre comunica

Decía que en la charla de Cadiz decidí, raro en mi, ponerme traje porque consideré que se adecuaba mejor al entorno en el que tenía previsto hablar. El caso es que vaya como vaya y aunque elija la opción «informal» siempre me lo pienso un poco (parece que en cualquier momento puede aparecer mi madre) y trato de ajustarme al entorno.

Dicen que presentar un aspecto más formal y trajeado es una forma de mostrar respeto a una audiencia. Sin embargo, yo creo que ir limpio, aseado y digno aunque sin traje y corbata es un modo de acercarse y sintonizar con quienes escuchan lo que cuento (casi siempre jóvenes, emprendedores, desempleados o profesionales con mentalidad abierta).

Lo que llevas puesto puede afectar a tu mensaje

Una de las razones por las que utilizo fotos trajeado en dospuntocerolandia y en los sitios en los que aparece mi imagen mientras transmito un mensaje algo extremo y radical es precisamente porque esa incoherencia hacen más asimilables mis ideas. Creo que mostrar una imagen «seria» facilita que los más alejados de mis propuestas algo «extremas» consideren que si lo dice «uno de los nuestros» quizás habría que escucharlas, al menos. En realidad eso no es algo que hiciese conscientemente desde el principio sino que es algo que he deducido con el tiempo.

Conclusión

Aunque yo siempre trate de relegar a un segundo plano los aspectos relacionados con el «envase» o el «packaging» de la Marca Personal es innegable que todo lo que hacemos cuenta. Lo importante no es ir con traje y corbata, con camiseta y vaqueros rotos o de lagarterana, lo que hay que pensar es que tu aspecto puede debilitar o reforzar tu mensaje. Aunque yo soy partidario de que lo importante sea el fondo más que la forma.





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