Cuando ser uno mismo parece una debilidad

PersonalidadNo soy el tipo más sociable del mundo, lo confieso. No me entusiasma ir conociendo gente por todas partes ni tener y luego mantener el mayor número de «amigos» en dospuntocerolandia. Podría decirse que estoy a un paso de ser algo así como el abuelo de Heidi antes de conocer a Heidi o Clint Eastwood en Gran Torino.

Tampoco es que sea un sociópata ni un misántropo ni que salga huyendo cuando alguien me saluda. Creo que la gente que me conoce me considera una persona «normal» incluso agradable en ese aspecto. Lo que ocurre es que simplemente disfruto más con mis pensamientos, mis libros y mis películas o con un grupo muy reducido de personas de confianza que en una fiesta, en un evento «social» o dando conversación a alguien en el tren.

No me gusta ir dando los buenos días en cada red social que utilizo ni entrar en uno de esos bucles infinitos de reagradecimientos en Twitter. Si eres visitante más o menos asiduo de este blog habrás visto que no siempre (y eso siendo benévolo) contesto los comentarios. No sé si es bueno o malo, simplemente es mi forma de actuar y espero que se entienda.

Seguramente esto que te digo puede parecer raro o incluso desagradable para mucha gente, especialmente en un mundo en el que parece que todo el mundo debe ser «social» y sociable. Pero también creo que cada cual tiene su forma de ser y de entender la vida y sería muy raro que todo el mundo fuese simpático y capaz de hablar con el primero que se le pone por delante.

No estoy escribiendo esto como una justificación de nada ni tampoco es que haya tenido ninguna queja o crítica al respecto. Es algo que llevo dando vueltas desde hace tiempo y lo escribo como reflexión sobre la influencia que lo social o políticamente correcto puede ejercer sobre nuestra Marca Personal.

Constantemente se dice que hay que ser uno mismo y que debemos ser auténticos pero por otra parte se multiplican las reglas de comportamiento implícitas o explícitas que te «sugieren» como debes actuar. De esa manera, y si no tienes muy claro quien eres y cuales son tus intereses y tu temperamento, es muy fácil dejarse llevar y convertir tu Marca Personal en la marca de un personaje. Con toda la mejor intención del mundo, si. Con el propósito de agradar y caer bien haciendo lo que «se supone» que hay que hacer, por supuesto. Pero desnaturalizándote cada vez que dejas de ser tu para ser lo que crees que se espera de ti.

Parece que el chistoso debe ser siempre divertido, el formal nunca puede hacer tonterías, la colaboradora nunca puede negarse a hacer un favor y así con todo. Poco a poco dejamos que nos construyan un personaje hasta que un día nosotros mismos somos incapaces de reconocernos.

Creo que una de las ventajas de dejar una Marca Personal clara y definida es que quienes te conocen saben como eres y entienden tu comportamiento. Digamos que cuando tienes claro quién eres es más fácil dejar una huella predecible y consistente de tal manera que te van a querer (o a detestar) por lo que eres pero no va a haber sorpresas. Y eso es fundamental en el Branding Personal.


Afortunadamente las personas somos poliédricas y una persona poco «sociable» puede ser una persona generosa mientras que un tipo encantador puede ser un canalla. Pero para saber quien es quien, lo primero que hay que hacer es descubrirte y aceptarte como eres y al que no le guste ya sabe donde tiene la puerta. Además eso facilita mucho las cosas porque evita confusiones y desilusiones.

En segundo lugar, y también lo más complicado, es importante no dejarse llevar por lo que el «entorno» dice que debes ser. Es preferible cambiar de «ecosistema» a intentar cambiar tu… si es que eso es posible. Se trata de encontrar tu lugar en el mundo en lugar de permitir que el mundo te ponga «en tu sitio» a base de leches.

Desgraciadamente dospuntocerolandia está acelerando el proceso de desnaturalización. Cuando el trato que tenemos con otras personas (que ahora se pueden contar por cientos o miles) se limita a un tuit o a una foto en Facebook o Instagram, vamos a hacer una selección no ya de lo que realmente somos sino de lo que pensamos que puede gustar o transmitir una sensación «positiva». Y encima te sientes mal si no dejas mensajes con la regularidad de un consumidor de All-Bran. Nos estamos convirtiendo en políticos que comunicamos en función de las encuestas y que no podemos quedarnos callados.

Lo se, a veces da miedo mostrarse como uno es. La buena noticia es que cuando vas dejando al descubierto de que pasta está hecho, todo es mucho más sencillo, las relaciones personales mejoran (eso también incluye perder de vista a quienes no te valoran como eres), tu credibilidad aumenta y te liberas de mucha tensión y ansiedad.

Ojo, no estoy diciendo que haya que ir por la vida como un salvaje, ni soltando lo primero que te venga a la cabeza, ni dejándose llevar por los instintos más primarios. Lo que trato de transmitir es que es importante decir que no o mantener una posición discreta cuando te enfrentas a algo que va en contra de tus valores o de tu personalidad a dejarte llevar y que más pronto que tarde alguien te diga que no se esperaba eso de ti.

AutonomosparaDummiesNOTA: Esta tarde a las 19:00 estaré en La Casa del Libro de Gran Vía, 29 (Madrid) acompañando a mi amigo Roberto González Fontenla en la presentación de su libro Autónomo para Dummies… y trataré de ser simpático.

 





Compartir esta publicacion