¿Puede una empresa prescindir del marketing? ¿Y tú?

MarketingHace unos días, en una clase en una escuela de negocios, alguien hizo un comentario parecido a este:

«Todo esto que nos cuentas puede estar muy bien pero es que yo odio mostrar mi trabajo, hablar de mi, así que eso de tener un blog, crear vídeos, escribir sobre mi profesión o conocer gente en un evento es que ni me entra en la cabeza. Además, ahora todo el mundo lo hace, así que ¿de qué sirve que yo también lo haga?»

Aunque esto es algo que he escuchado hace poco creo que, desgraciadamente, es una opinión generalizada entre mucha gente, en especial entre los más jóvenes. En realidad, quizás porque soy un poco mal pensado, lo que creo es que todo eso no es más que una excusa para no mover un dedo y simplemente esperar que las cosas sucedan por que si.

Pero lo más grave es que este tipo de comentarios suelen ser especialmente recurrentes en escuelas de negocios. Se supone que los alumnos que hacen un master han entendido que una empresa progresa porque hay varios departamentos que funcionan eficazmente. Y todos ellos tienen claro que uno de los aspectos fundamentales es el marketing y la comunicación. No creo que haya nadie que considere que una organización pueda sobrevivir actualmente sólo teniendo buenos productos, buenos profesionales o buena logística pero sin darse a conocer.

Sin embargo, parece que mucha gente acepta que, actualmente, un profesional puede salir adelante simplemente por tener un buen currículo (si es que lo tiene). Que eso basta para que las empresas, en primer lugar sepan de su existencia y en segundo lugar estén deseando ponerse en contacto con ellos para ofrecerles un puestazo. Pues si eres de esos, te voy a dar una mala noticia, la cosa no funciona así desde hace décadas.

Lo primero que suelo transmitir a quien me escucha es que los profesionales debemos pensar como empresas. Que da igual que seamos emprendedores, autónomos, empleados o desempleados. Que todos somos algo así como empresas unipersonales YO S.A. que vendemos nuestro trabajo como un servicio. Por lo tanto, nuestra forma de plantear nuestra estrategia profesional debe ser similar a la de una organización con todos sus departamentos, y uno de ellos es el de Marketing, Comunicación, Publicidad, Relaciones Públicas o como quieras llamarlo. Pero lo que está claro es que hay que salir y contar lo que haces.

Es curioso que uno de los argumentos más repetidos y también absurdos que escucho para no utilizar canales de comunicación o una plataforma de Marketing Personal es la de, «es que yo odio todo eso».  Cuando escucho eso no sé si ponerme a reír o a llorar. ¿Te imaginas a un directivo o un empresario que diga que no va a invertir un euro en marketing porque lo odia? Sería ridículo. Pues bien, son precisamente los alumnos de escuelas de negocios en las que les han hablado de la importancia de todo eso, los primeros que creen que un profesional puede vivir sin mostrar su oferta.


¿Es que no se dan cuenta que incluso los más antisistema, los más críticos con el marketing por ser algo «capitalista», son los primeros que hacen marketing? ¿Qué sería de todos esos movimientos «revolucionarios» y antídoto antitodo sin una dosis ultrahiperextra de marketing en todo lo que hacen?

Otra de las razones por las que me dicen que no van a escribir un blog o a hacer nada (aparte de enviar n-currículos) para demostrar su capacidad profesional aportando valor es que eso les parece egocéntrico, vanidoso o poco humilde. Entonces, ¿Transmite más modestia pensar que son tan jodidamente buenos/as que les van buscar y a elegir simplemente por ser quienes son?

El marketing, te guste o no, surgió como una necesidad. Cuando la oferta superó a la demanda de productos y servicios, se hizo necesario encontrar el modo de mostrar y demostrar el valor de los productos y de generar confianza en ellos. Claro que luego se ha utilizado mal esta herramienta en muchas, quizás demasiadas ocasiones, pero eso no lo convierte en malo o innecesario.

En este momento, los profesionales nos encontramos en una encrucijada parecida. Hay una oferta casi infinita y muy poca demanda. Por lo tanto, en lugar de criticar o descartar algo que nos puede ser útil, deberíamos tratar de entenderlo y aplicarlo.

Cuando alguien me dice que no quiere escribir un blog porque no le gusta, porque ya hay muchos o por cualquier otra razón simplona creo que lo que me está diciendo es que no le apetece. Claro que hay cosas que no nos entusiasman de nuestro trabajo, pero no por eso dejamos de hacerlas, del mismo modo que una empresa no eliminaría un departamento sólo porque no le divierte a un directivo.

Es precisamente cuando el mercado está más difícil, saturado o competitivo cuando hay que centrarse en comunicar mejor lo que haces en lugar de desaparecer. Que requiere esfuerzo, voluntad, disciplina y trabajo, ¡joder, pues claro! Qué nadie te va a garantizar resultados, ¡pues también! Pero lo que está claro es que si no lo haces, yo si que te garantizo que no vas a conseguir ningún resultado.

Si una empresa no puede progresar sin comunicar, ¿Por qué te crees que tu como profesional YO S.A. puedes progresar sin hacerlo?





Compartir esta publicacion