Se necesitan expertos

CualidadesEste fin de semana charlaba con un amigo sobre la falta de credibilidad de dospuntocerolandia. Parece que existe una relación inversa entre la cantidad de información y su fiabilidad. Es cierto que en Internet podemos encontrar de todo y eso es lo malo. Ha llegado un momento en el que es difícil separar el grano de la paja. Eso no debería ser un problema si lo que estás buscando es irrelevante, pero puede ser muy peligroso si vas a basar una decisión importante en ello.

Hace unos días escribía Raúl Hernandez un post titulado Nos creemos cualquier mierda en el que hablaba de lo fácilmente manipulables que podemos llegar a ser y la rapidez con que damos por sentado cualquier cosa que leemos en una pantalla.

Es cierto que ahora todos tenemos la posibilidad de dar a conocer nuestras ideas a través de muchos canales, pero también podemos contar mentiras (tralará), divulgar noticias falsas (conscientemente o no) o ayudar a consolidar prejuicios peligrosos.

Antes, las informaciones sobre temas de salud por ejemplo, solían estar acompañadas por un comentario que decía de qué universidad provenía el estudio y eso ya nos daba algún dato sobre su fiabilidad. Hoy vemos diariamente montones de publicaciones absurdas en Facebook sobre las bondades o los peligros de cualquier cosa sin tener ni idea de cómo han llegado a esas conclusiones. Constantemente aparecen noticias en Twitter que no tienen ni pies ni cabeza pero que pueden acabar con la reputación de una persona o una organización.

Así que la fuerza de Internet puede acabar siendo su mayor debilidad. Yo hace mucho tiempo que decidí volver a los libros o a otras fuentes si quiero aprender algo más allá de buscar una calle en Google Maps o un atajo para Word.

Pero siempre que hay un problema existe una oportunidad. Si cualquiera puede publicar libros, dar lecciones sobre cualquier cosa o subirse a un escenario entonces deja de ser diferenciador. El valor ya no está en poder hacerlo sino en ser considerado como el especialista, el experto, el referente. Eso es justamente lo que pretende el Branding Personal, que cuando pienses en alguien, tengas claro que vas a recibir lo que necesitas… o más.


En nuestro país están mal vistos los expertos, aquellos que saben sobre un tema. Si alguien es percibido como tal puede ser etiquetado como prepotente, pedante, listillo o incluso como vanidoso si se percibe que se lo cree y por eso siempre se trata de ocultar o de disimular bajo una capa de modestia (falsa o no). Pero si queremos sobrevivir y progresar en un entorno como el actual debemos defender nuestra parcela de conocimiento mostrando y, sobre todo, demostrando nuestro valor. Si eres bueno en algo, habla de ello o algo mejor, aumenta tu relevancia aportando una parte de tus conocimientos y experiencia ayudando a quienes puedan necesitarlo. No lo cuentes, demuéstralo y deja que sean otros quienes te etiqueten.

Por otra parte existe esa idea tan extendida de que si te especializas vas a perder oportunidades. Parece que es mejor ir de generalista, de persona que sirve para todo que elegir un área concreta en la que destacar. El problema es que el generalista no sabe de todo sino que normalmente sabe poco de unas cuantas cosas… como la inmensa mayoría de la gente. Generalistas somos todos, especialistas sólo unos pocos y ese es un gran elemento diferenciador.

Creo que volvemos a una época en la que se va a valorar a quienes sean capaces de seleccionar lo relevante. El poder no va a estar en tener mucha información, porque eso está al alcance de cualquiera, sino en ser capaz de filtrar y condensar lo realmente valioso. En un mundo de la autopublicación y de los «best sellers» de 3 min. en Amazon van a ser imprescindibles los editores.

Quienes se ganen la reputación de expertos podrán ganarse muy bien la vida. Eso implica generar confianza y para ello se necesita tiempo y coherencia. Un experto no surge de un día para otro ni va dando tumbos.

Hay un aspecto en dospuntocerolandia que forma parte de su filosofía pero que también puede acabar con ella. Me refiero a esa tendencia a sustituir el valor por el buen rollo, la credibilidad por los «likes» a los «amigos». Ya sé que esto suena fatal, pero cuando desarrollas tu Marca Personal, todo lo que haces cuenta. Si te dedicas a recomendar algo o a alguien sólo porque es un contacto en una red social estás poniendo una parte de tu prestigio en sus manos. Si la gente se fía de tu criterio y resulta que lo derrochas recomendando a quien no lo merece vas a pagar un precio. ¿No has dejado de seguir los consejos de ese amigo que siempre te recomienda películas infumables? Pues aquí igual.

Se necesitan expertos y van a ser muy valorados. Pero hay algo fundamental. Lo primero de todo para que te consideren un referente es serlo. Lo segundo es que sean otros quienes te etiqueten así porque si hay un rasgo que te descarta como experto es que te autodefinas así (ojo, que hay quienes se definen como gurús). Así que empieza ya a ser el/la mejor en lo tuyo… y demostrarlo.


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