El síndrome del producto semiterminado

ProductoUna de las situaciones más frecuentes con las que me encuentro cuando trabajo con gente que quiere desarrollar su Marca Personal es la de aquellos que lo tienen todo para empezar pero siempre piensan que les falta un «ingrediente». A mi también me sucede.

«Estoy creando mi blog y en cuanto lo tenga…», «Voy a hacer otro curso de…», «En cuanto diseñe mi plan, me pongo en marcha…», «El mes que viene sin falta lanzo…». Y mientras tanto, pasan los meses y los años.

Normalmente, tras ese retraso permanente suele haber inseguridad, comodidad o falta de motivación y propósito. Por eso, cuando me preguntan qué es lo primero para empezar a descubrir, desarrollar y comunicar a dejar tu Marca Personal, la respuesta es clara:

Una razón para hacerlo.

Quienes no hacen nada para cambiar su situación es porque para dar el salto entre el punto A al punto B carecen de una de las dos cosas siguientes:

  • La visión de B es tan extraordinaria que te lanzas (casi) sin dudarlo.
  • La situación en A es tan terrible que te lanzas porque B no va a ser peor.

Así que si decides no actuar y quedarte como estás, quizás es que ese sistema del que tanto te quejas no es tan malo como para levantar el culo.

En los años en los que llevo trabajando en esto del Branding Personal no he conocido a nadie que no tenga «materia prima» de sobra para crear algo valioso que satisfaga una necesidad, solucione un problema o produzca una mejora.

Da igual la edad, género o estado profesional (jubilado, agente libre, desempleado, empleado, autónomo,…). Todo el mundo puede hacer algo para ganarse la vida o conseguir reconocimiento. Otra cosa es que sea con contrato indefinido, en una gran empresa, haciendo lo que te «apasiona» o simplemente sobreviviendo mientras trabajas tu plan B.

Sin embargo, aunque todo el mundo tiene en su «almacén» ingredientes, piezas, cualidades, habilidades, componentes útiles con los que crear una oferta profesional relevante, la mayoría de la gente los deja ahí, muertos de risa y sin generar rendimiento. Esto ya se explicaba en la parábola de los talentos pero quizás esto es demasiado pedir hoy en día.

Seguimos acumulando y adquiriendo «materiales» muy costosos que pocas veces van a ser utilizados. Licenciaturas, Masters, programas de formación que cuestan mucho dinero y, algo peor, mucho tiempo, van apilándose ahí, en nuestras estanterías mentales, cogiendo polvo sin que los utilicemos nunca o de los que aprovecharemos una mínima parte. Como Jefes de Compras de nuestra empresa YO S.L. somos bastante mediocres.

¿Te imaginas que una empresa se dedicase a comprar piezas caras o componentes sofisticados y que nunca los utilice? Pues eso es lo que hacemos nosotros en demasiadas ocasiones.


No haces nada porque siempre piensas que te falta algo, que lo que tienes es insuficiente o es insuficientemente perfecto.

Resulta que llevas toda la vida dirigiendo gente, trabajando con equipos, o simplemente organizando las mejores fiestas desde que tenías dieciséis años, pero crees que si no haces un curso de liderazgo para que te den un diploma que certifique que sabes lo que ya sabes, entonces no vas a dar el paso. Desgraciadamente, ni siquiera cuando tengas el papelito de rey del mambo del liderazgo, tampoco harás nada porque el problema no está en el documento sino en tu cabeza.

¿Significa esto que no necesitamos aprender para mejorar? De eso nada. Hay que estar constantemente aprendiendo, pero hay que construir la casa mientras vives en ella. Apple no esperó a sacar el iPhone hasta tener el iPhone7. Sacó lo mejor que tenía y siguió desarrollándolo. Tu y yo estamos siempre en Beta, pero hay que ganarse la vida.

No puedes esperar a tenerlo todo para actuar porque eso no ocurre nunca. Siempre hay incertidumbres. Siempre hay algo que cambia en ti o en el entorno. Siempre hay algo que mejorar. Por eso debemos seguir adquiriendo habilidades, conocimientos, experiencia, contactos. Pero eso debe hacerse mientras juegas el partido.

Y esas cualidades, esos componentes de tu oferta, producto o servicio profesional no vienen sólo del aprendizaje tradicional sino de cualquier sitio del que puedas adquirir ideas.

Soy un firme partidario de no regalar tu trabajo (#logratismata) pero eso no hay que confundirlo con dar una muestra de tu trabajo. Igual que las empresas te dan a probar gratuitamente un nuevo producto, tu también puedes dar un poco de lo tuyo para adquirir experiencia, para quitarte el miedo o para comprobar que te gusta eso que quieres hacer. Esas pequeñas experiencias son tremendamente valiosas para tu «inventario». Y además, tienen la ventaja de que no te tienes que tirar cinco años trabajando como becario para descubrirlo.

Lee todo lo que puedas sobre todos los temas que encuentres. Nunca se sabe cuando se podrá establecer una conexión que, unido a lo que ya tienes, se convierta en algo valioso.

Conoce a toda la gente interesante que se ponga a tu alcance y colabora con quienes estén alineados con tu propósito.

Experimenta, practica, prueba. Utiliza herramientas como el blog o pequeños proyectos que te permiten probar tus ideas sin arriesgar demasiado.

Elimina, descarta, tira. Vale, ya sé que dedicaste mucho tiempo y esfuerzo a algo que ni te gusta ni te sirve. Así que, haz de tripas corazón y no sigas dejando que eso te lastre.

Y con todo eso más lo que ya tienes, encuentra el modo de juntarlo para sacarle partido resolviendo problemas o satisfaciendo necesidades. De lo contrario la plataforma logística YO S.L. estará llena de «materias primas» y producto semiterminado que no servirá para nada. Mientras tanto, otros con menos «inventario» estarán obteniendo rendimiento.





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